Empezar la semana con el tema del Aborto y con la imputación de la ciudadana Cristina de Borbón como star se nos atraganta, más que nada porque llevamos meses con lo mismo y ya se sabe que comer todos los días el mismo menú, aunque le cambiemos el orden a los platos, hastía hasta el estómago de los más pobres.
Por partes, que hasta donde nosotros sabemos la hija del Jefe del Estado solo está imputada por fraude fiscal y blanqueo de dinero, qué ya es, y Gallardón como Ministro de Justicia alguna que otra manita le está echando, y no precisamente al cuello, para hacernos creer a todos los españolitos de a pie que la Justicia es igual para todos.
Alguien debería decirle al todopoderoso Gallardón que este empeño suyo por hacer que las mujeres no aborten con “su” Ley no va a evitar que se interrumpan embarazos no deseados, tan solo va a imponer una moralina hipócrita y anticuada propia de Dictaduras asesoradas por la Iglesia en el siglo pasado (el Papa Francisco no parece tener ideas tan obsoletas sobre las mujeres, cosa que es de agradecer).
En la UE han llamado la atención estas formas de “desgobierno” de Rajoy, no olvidemos que como Presidente del Ejecutivo tiene la última palabra en lo que afecta a todas las leyes que preparan sus Ministros. Si a eso le añadimos que el PP las ideitas del Ministro de Interior dividen más que unen, tenemos el caldo perfecto para armar la de Dios es Cristo y con ello tenernos distraídos con un tema que hace tiempo dejó de ser una preocupación social.
Aparcando por un momento el tema del Aborto pero sin dejar a un lado el concepto de preocupación social lo que de verdad nos interesa es la imputación de la ciudadana Cristina de Borbón en el Caso Nóos. La cuestión no solo es un asunto judicial, qué también, sino que ayuda a tambalearse a la Corona y hace que el asunto de la República salté a la palestra justo en un momento en el que el país necesita una reforma de pies a cabeza, la cual nada tiene que ver con la que está llevando a cabo el partido del Gobierno.
Podemos asumir, ya nos vale, que a la hija del Jefe del Estado le apeteciera jugar a ser plebeya mezclándose con asuntos de la chusma, pero de ahí a tener que soportar los daños colaterales de sus apetencias va un abismo. Lo suyo es que hubiera renunciado hace tiempo a sus derechos dinásticos. ¡!Ah!! que eso suponía que la empresa Aizoon creada por su marido y Diego Torres para llenarse los bolsillo con al escusa de labores sociales “no se hubiera comido un colín”, es lo que tiene no tener privilegios reales y ser un simple ciudadano. Lo normal es que una vez descubierto “el pastel” hubiera dado un paso al frente, tener lo que hay que tener que dice el pueblo, y se hubiera presentado voluntariamente (antes que el Juez la obligara) a declarar en el Juzgado. Pero no, es más fácil huir a EEUU o Suiza con la escusa que a los nenes no les afecte el ver como sus papis son imputados en delitos penados con cárcel.
Dado que Cristina de Borbón se ha dado cuenta demasiado tarde que no se puede una revolcar en las porquerizas como una vulgar porquera (con todos nuestros respectos para quien ejerce tan digna profesión) sin mancharse de mierda, y que Gallardón está más por la labor de convertir a las mujeres en menores sin capacidad para decidir sobre su propia maternidad siquiera, nos despedimos por hoy, que los lunes son muy malos para pensar.
Galiana











