Cambios en el mercado laboral

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Apenas 8 días de este nuevo año y eso de que las cosas iban a cambiar no se ve por ninguna parte, pero nos quieren hacer que las veamos por todos lados.

El Gobierno presume de unas cifras de desempleo vanagloriándose de cómo vamos bajando de los cinco millones aunque sea a poquitos. Lo que se calla son los datos, no tan positivos, que acompañan a esas cifras.

Para empezar, parte de esta reducción de la Tasa de Desempleo nada tiene que ver con la creación de puestos de trabajo sino más bien con las exclusiones que desde el propio SEPE se hacen.

Quienes están de baja por enfermedad o quienes hacen cursos del SEPE no se incluyen en las listas. Por supuesto que desparecen de las mismas todas aquellas personas que sin cobrar prestación alguna se cansan de formar parte de las mismas y dan de baja su demanda de empleo. También desaparecen todos aquellos que cobrando prestación han decidido irse fuera para buscarse la vida en otro país, y transcurridos 90 días se les deja de abonar su correspondiente prestación, así como dejan de pertenecer al sistema de la Sguridad Social.

Podríamos seguir con las exclusiones que hace el Gobierno, pero no. Por una vez vamos a admitir que la Tasa de Desempleo ha descendido tal y como dice el Gobierno, ahora veamos cómo es el empleo “generado” en el país.

Para empezar negamos la mayor, es decir, no nos creemos que se esté creando empleo. Las cifras de afiliación a la Seguridad Social así lo avalan, no vamos a negar que se hacen contrataciones, pero se destruye empleo más que se crea.

Los contratos que acaban son sustituidos por otros con salarios más precarios, contrataciones temporales, incluso por horas, con lo cual la inestabilidad laboral está más que garantizada. De cómo los trabajadores trabajan 8 horas y solo cobran 4 no hablaremos porque son prácticas ilegales se están imponiendo en el mercado laboral como la cosa más normal del mundo.

La cuestión no es cómo la ciudadanía admite este tipo de tejemanejes porque la respuesta es sencilla: hay que pagar la luz, el gas, un techo, el agua y demás necesidades básicas. El quid de la cuestión está en saber si hay alguien dispuesto a defender que este tipo de cosas no sucedan.

Esperar que los partidos de la oposición hagan algo al respecto es como esperar que llueva café del cielo. Ese arte de conjugar el verbo omisión hace que sean cómplices de cómo están cambiando las reglas del juego del mercado laboral. Tras la Reforma Laboral de Báñez el personal se debe ir olvidando aquello de un trabajo para toda la vida y encaminarse a trabajos temporales que nos obligarán a una formación ininterrumpida, a una movilidad geográfica constante, y a tener diversos contratos a la vez. Podríamos asumirlo para el colectivo joven, y para quienes reúnen unas determinadas capacitaciones laborales, pero hay otros trabajadores que tendrán casi imposible integrarse en un mercado de trabajo tan precario como volátil.

Vale, vale que los Sindicatos están para defender a los trabajadores, y aún haciendo lo que pueden las manos las tienen atadas con este Gobierno tan proclive a darle todo lo que pide a la Patronal.

Terminamos que luego nos enrollamos con las persianas. Las cosas en el mercado laboral no son fáciles para nadie. El Gobierno se empeña en sacar pecho por cualquier nimiedad para animar al personal, a la par que las colas en los Comedores Sociales cada vez son más largas.

Galiana

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Escritora, bloguera, podcaster, enamorada de todo lo que huele y sabe a Cultura
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