Empezamos este mes de marzo dejando atrás a un febrerillo loco que nos ha dado más disgustos que alegrías, aunque todo en la línea de lo previsto con algún matiz añadido pero sin nada que no se supiera que iba a suceder.
Terminamos una semana como la empezamos con los protagonismos de Bárcenas, Sepúlveda, Urdangarin, Corinna, Chacón, el Papa e Italia colapsándolo todo. Tan obnubilados nos tienen estas estrellas que ya no le prestamos atención a la dichosa Prima de Riesgo, ni a la Bolsa, ni a la maltrecha economía que sigue ahí destrozándonos sin visos de mejora.
La verdad es que empezar con corrupciones y terminar hablando de números no es algo que nos satisfaga, más que nada porque tenemos la sensación de “salirnos de Málaga para meternos en Malagón” porque si las corruptelas que campan a sus anchas por el país nos producen vómitos continuos el ver como la dichosa austeridad nos está matando no es algo que nos cause alegría alguna.
En esta semana que termina hemos conocido que el Déficit de nuestro país ha alcanzado la cifra de 6,7% del PIB en el pasado año, de lo cual Rajoy se muestra muy ufano y saca pecho pues, por lo visto, su Ministro de Economía pronosticaba que íbamos a llegar al 7% y afortunadamente no ha sido así.
Lo malo de todo esto no son las cifras, que también, sino que una vez más el Presidente del Gobierno trata de engañarnos como a niños de teta porque no nos dice toda la verdad, y cuando presente las cuentas ante la todopoderosa Merkel le van a decir que le falta por contabilizar los 40.000 millones que desde Bruselas nos dieron para salvar a la Banca española. Si agregamos esta cifra resulta que el Déficit pasaría a ser de un 10,2% del PIB, ¡casi ná!
Con las cifras sobre la mesa es más que evidente que De Guindos no sabe cómo cuadrar las cuentas porque eso de dejarse sin contabilizar los prestamos no está nada bien, pero que nada bien. Pero no solo el Ministro de Economía no sabe cómo hacer su trabajo, sino que a su colega Montoro se le está yendo “la pinza” porque ahora le ha dado por investigar las Declaraciones de Hacienda de los artistas faranduleros y de sus compañeros del Parlamento, ironizando con que si pagan o no sus tributos. Alguien debería decirle que de oficio puede actuar contra quien sospeche engaña al fisco pero que no debe ir por ahí diciendo eso de “alguien ha matado a alguien”, más que nada porque esas acciones son más propias de un matón de barrio que de todo un Ministro.
Para terminar la semana una pequeña nota de humor para desear un feliz fin de semana después de tanto desastre como hemos soportado. No entendemos como teniendo dentro del PP dos malabaristas de las finanzas cómo Sepúlveda y Bárcenas, Rajoy no les nombró Ministros de Hacienda y Economía, respectivamente, porque habilidades para “sacar leche de una alcuza” han demostrado que tienen con creces y ahora mismo es lo que a este país le hace falta.
Galiana











