Rajoy dirige el Gobierno como el capitán Bligh hiciera con la Bounty solo que en lugar de ambición y orgullo, ya quisiéramos que tuviera alguna de estas características, las ha cambiado por prepotencia y soberbia obteniendo como resultado que vamos a la deriva perdidos por el océano esperando que las mareas, la UE o la casualidad nos devuelvan al rumbo correcto.
No nos van a dar un premio en filosofía si desvelamos que cuando el capitán de un barco presenta claros signos de debilidad con una incapacidad más que manifiesta la tripulación tiene la opción de hacer “un Bounty”, o seguir los pasos de quien está al mando y terminar tan desquiciado como él.
Para nuestra desgracia los miembros del Gobierno han optado por seguir al Presidente por la senda del cretinismo, y como muestra un botón.
Para empezar, por alguna parte debemos hacerlo, que Ana Mato sea Ministra no es un acierto de Rajoy y queremos entender que le concediera este honor por amistad manifiesta y como pago por los servicios prestados, pero ponerla al frente de Sanidad es algo que le viene grande y así lo demuestra continuamente con su más que demostrada impericia.
Rajoy ha dado la orden de austeridad, ella que es muy bien mandada ha demostrado no tener capacidad suficiente para discernir que salud y recortes son malos compañeros de viaje. Tras implantar que los jubilados y pensionistas ya no tengan gratuidad en los fármacos que consumen, que ya es hacer las cosas mal, lo siguiente que pretende es sacar del sistema sanitario servicios esenciales para nuestra salud. Poca explicación tiene que desde el Gobierno se gasten cantidades ingentes en un “Plan de prevención del Cáncer de mama”, que cuenta con todo nuestro apoyo, y se pretenda cobrar por las mamografías cuando está demostrado que la realización de esta prueba es el mejor test para prevenir este tipo de cáncer. No queremos ni imaginar cuando las tasas de cáncer de mama se tripliquen se le ocurra la peregrina idea de dar la orden de sacar los tratamientos oncológicos del sistema sanitario pues los costes del mismo dada la no prevención se habrán multiplicado de forma alarmante y será imposible asumirlos por parte de la Sanidad Pública.
De Ana Mato y sus incapacidades seguiremos hablando porque da para mucho, pero por aquello de no hacer personalismos en lo que se refiere a ineptitudes manifiestas a la hora de estar al frente de un Ministerio sigamos con el resto de compañeros de terna porque hay para dar y tomar.
Otra Ministra con ideas de bomberos, nunca mejor dicho, es Fátima Báñez quien tiene metido en la cabeza que los más de cinco millones de parados no son más que una panda de vagos que pretenden vivir sin dar un palo al agua y que sea “Papá Estado” quien les mantenga a ellos y sus familias. Hasta tal punto tiene claro que parado es sinónimo de vago que le va a echar una mano al Ministro Arias Cañete, a quien se le ha quemado medio país este verano porque somos unos pirómanos y nos gusta ir por ahí provocando fuegos para que luego se pueda especular con los terrenos quemados recalificando los terrenos forestales como zonas urbanizables, mandándole a apagar incendios a “sus vagos».
Suponemos que habrá contado con que los bomberos le pongan una denuncia por promover el intrusismo profesional, y que Ana Mato tenga previsto sacar del sistema sanitario público la atención a los parados quemados por extinción de incendios.
Ante estos pequeños ejemplos de demencia en el Gobierno, hay muchos más, estamos por la labor de promover buscar entre los miembros del Ejecutivo un Marlon Brando para que haga ipso facto “un Bounty” pero mucho nos tememos que lo tenemos muy complicado.
Parafraseando a Tip y Coll “Mañana hablaremos de la Oposición” porque la reunión del PSOE, este fin de semana a puerta cerrada, para aparentar que todo cambia y dejarlo como estaba implicaría extendernos más de lo que nos permite la Dirección de este espacio.
Galiana











