La primera noche me pediste que buscara tus perlas porque debías haberlas perdido por mi cuarto; luego olvidaste el perfume en el aseo del restaurante; tu carmín no lo encuentras por tu bolso; la desaparición de uno de tus zapatos te parece inexplicable. Nunca sabrás que todos esos objetos forman parte de mi colección secreta de trofeos robados.
Galiana
…y mi bolsillo alberga, en secreto, un tesoro muy preciado.
Me gustaMe gusta