Me pediste mil veces que no cortará las rosas del rosal, porque eran demasiado bellas como para quitarles la vida por un tonto capricho.
¿Alguna vez he dejado de satisfacer tus caprichos?
Galiana
Me pediste mil veces que no cortará las rosas del rosal, porque eran demasiado bellas como para quitarles la vida por un tonto capricho.
¿Alguna vez he dejado de satisfacer tus caprichos?
Galiana