No, lo siento, no voy a pedirte perdón por ser creativa, por inventarme con mi pluma mil historias para quien quiera al leerlas vivirlas.
Cambiemos las tornas.
Imagina, por un instante, que soy yo la que te exige pedir perdón, a pesar de la fama que tienen tus puentes o tus descomunales edificaciones que lucen diseminadas por el mundo.
Galiana

