Botón del pánico

Al gobierno de Sánchez le gusta crear pánico y así nos controla a todos.

Se empeñó en convertir la crisis sanitaria provocada por el coronavirus en una crisis política y de ahí todos nuestros males, económicos, sociales…

Con la crisis de la vacuna de AstraZeneca ha hecho lo mismo.

La polémica sobre esta vacuna y los famosos trombos de los que todos hemos oído hablar se podía haber atajado con pedagogía, pero no. A algún iluminado de Moncloa se le ocurrió la feliz idea de explicar que esto de los trombos es normal, que son efectos secundarios y que otros medicamentos que tomamos por prescripción facultativa también los provocan. Allá que fuimos a prestarle atención al prospecto que viene en las cajitas y que nunca leemos y sí, en algunos como los anticonceptivos femeninos orales, los que controlan la presión arterial y otros, aparece la palabrita de marras. ¡Virgen Santa! El iluminado de turno apretando el botón del pánico no tiene precio.

El personal de repente le pilla miedo no sólo a la vacuna de AstraZeneca sino también a sus medicamentos. Tenemos enfermos llamando a su médico que no solo no se quieren vacunar sino que tampoco quieren tomar su medicación. El médico acordándose de la ministra Darias y de toda su parentela.

La titular del ministerio de Sanidad en lugar explicar qué está pasando se dedica a cambiar tantas veces el tramo de edad de vacunación con AstraZeneca que alguno grita ¡Bingo!, porque la cosa es lo que parece. Lo mejor es cuando se le pregunta por las personas vacunadas con la primera dosis, y Darias no sabe si se le va a poner del mismo laboratorio, de otro, o con una va que chuta. ¡Increíble!

El resultado de enfrentarse a la crisis de AstraZeneca creando pánico ha supuesto que personas citadas para vacunarse con ella hayan pensado que puede tocarles a ellos ser el número 20 ó 21, el de la probabilidad del dichoso trombo. Así que, con todo el respeto, le estén enseñando el dedo corazón a la ministra y a quien haga falta por un por si acaso.

El follón es de tal envergadura que se está ralentizando el proceso de vacunación, ya de por sí a paso de tortuga en varias Comunidades Autónomas. El Gobierno de Sánchez, como de costumbre viene haciendo, culpabiliza de este desaguisado a los territorios de siempre. Suena a choteo pero es lo que hay.

El tema vacunas no termina aquí, sí los líos de AstraZeneca no eran pocos viene la de Janssen a complicar el panorama un poco más.

Los españoles no nos merecemos que nos traten como gilipollas y mucho menos que lo haga un Gobierno que ante cada problema cree que con apretar el botón del pánico se solucionará.

Galiana

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Acerca de Galiana

Escritora, bloguera, podcaster, enamorada de todo lo que huele y sabe a Cultura
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3 respuestas a Botón del pánico

  1. antoncaes dijo:

    Yo le pondría a ella una de cada y después que elija la que más le gusta para una segunda dosis (si lo cuenta). No entra en cabeza humana mezclar distintas vacunas, que contienen distintos componentes, sin saber la reacción que podrían tener en las personas.
    En cuanto a los trombos, ya sabíamos o intuíamos que los medicamentos tienen en muchas ocasiones más efectos secundarios de los que quisiéramos, por eso no leemos los prospectos, no es necesario que vengan a jodernos.

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    • Galiana dijo:

      Científica no soy, ni pretendo dar lecciones a nadie pero Margarita del Val, viróloga e inmunóloga del, CSIC, ha dicho que no es aconsejable mezclar las vacunas, yo de ella me fío.

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      • antoncaes dijo:

        No hace falta ser científica, solo hace falta tener dos dedos de frente para darse cuenta que la viróloga tiene más razón que D. Simón, y me refiero al vino no al doc.

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