Firmando un cheque en blanco

A un mes de las elecciones nos sentimos defraudados porque esperábamos que todos o casi todos los partidos concurrentes a las mismas nos propusieran «soluciones» para mirar hacia delante; es cierto que el futuro no está para tirar cohetes pero se echa en falta aunque sea una de esas promesas que todo el mundo sabe que nunca podrán ser cumplidas e incluso porque no, a los “perros de caza” de unos y otros organizando alboroto.

Tenemos una campaña plana porque las cartas ya están repartidas y los triunfos han caído, aparentemente, del mismo lado. Los que se saben ganadores no se sienten en la obligación de arriesgar; para que hacer nada si, hagan lo que hagan, van a alzarse con la victoria. El resto de jugadores mira sus cartas, calcula sus escasas posibilidades y llega a la conclusión que lo mejor es cruzar los dedos y confiar en que la derrota no les lleve al más absoluto desastre.

El problema es que los comicios electorales no son un juego de cartas ni de ninguna otra clase, al menos no para los que debemos depositar nuestra confianza en quienes en los próximos cuatro años nos van a sacar de ésta, porque salir vamos a salir lo que no sabemos es cuan perjudicados.

A Rajoy con seguir en su línea de no abrir la boca le vale, sus asesores de campaña así se lo demuestran cada día presentándole sondeos donde la diferencia con el PSOE cada día se acrecienta más y la actualidad político/económica del país les lleva en volandas a Moncloa.

Rubalcaba, Rubalcaba, sinceramente esperábamos más del candidato del PSOE. Empezó con mucho ímpetu este verano presentado ilusión y ganas de ir a por todas pero se está desinflando. Sus propuestas tan contrarias a lo que ha venido haciendo el Gobierno de Zapatero en está finiquitada legislatura solo siembran dudas de porque cuando pertenecía al Ejecutivo no lo hizo; el agravante del desastre en el que nos vemos inmersos no es el mejor apoyo para convencer a los votantes, más bien todo lo contrario.

En IU andan muy preocupados en identificarse con el 15M para pescar allí los votos de los descontentos del PSOE y conseguir sacar algún escaño más.

UPyD es caso aparte; Rosa Díez siempre ha ido por libre, algunas veces le sale bien otras no tanto, porque es de esas personas que amas u odias con lo cual no es fácil llevarse el gato al agua en todas las ocasiones.

Como de aquí al 20N no cambien las cosas firmaremos un cheque en blanco a nuestros políticos; luego nos sorprenderán cuando escriban sobre él una cifra desorbitada y nos arrepentiremos de habérselo entregado.

Galiana

Acerca de Galiana

Escritora, creativa
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