Se acabó la legislatura, por fin, tocaría hacer balance pero acabaríamos rápido al escribir la palabra crisis. Se empezó la legislatura negando su existencia y se ha terminado demostrando la incapacidad que ha tenido el Gobierno para enfrentarse a ella a pecho descubierto.
Es cierto que Zapatero se va después de soportar un acoso y derribo que muy poco políticos sería capaz de soportar; se marcha demostrando que no ha sabido ser un líder, que mientras las cosas funcionaron medianamente supo estar, pero cuando vinieron mal dadas el cargo le vino grande y anduvo más perdido que Wally. Podríamos seguir enumerando sus múltiples errores pero no se trata de hacer leña del árbol caído sino de mirar hacia adelante y enfrentar lo que nos queda por venir que tal y como estamos viendo aún nos queda la madre de todas las batallas porque la crisis no ha hecho sino enseñar la patita por debajo de la puerta, por mucho que Javier Solana nos pida a los periodistas que no utilicemos la palabra recesión porque estamos alarmando a la población más de lo necesario.
Desde hoy queda oficialmente abierta la veda donde todos lucharán por el poder o mejor dicho trataran de evitar que Rajoy se haga con él. Esto va a ser más complicado, no porque el líder del PP haya hecho mérito alguno para obtenerle, ni tan siquiera por los despropósitos cometidos por Zapatero en su intento de arreglar el desaguisado, tampoco porque el PP presente un programa ilusionante lleno de soluciones eficaces, sencillamente llegará a la Moncloa porque cuenta con el beneplácito de los que de verdad mueven el cotarro.
Podemos ser hipócritas, mirar para otro lado, volvernos rajoyistas de la noche a la mañana pero el quid de la cuestión está en saber quiénes mueven los hilos para lograr que Rajoy se siente en la Moncloa sin haber hecho nada por merecerlo.
Seamos sinceros, como siempre lo hemos sido, no vamos a negar que la banca le hace guiños más que insinuantes, que la CEOE le rinde pleitesía sin ningún tipo de pudor, que las grandes fortunas del país le aplauden en público y cena con él en privado, que hasta los medios de comunicación más críticos con su abulia le ensalzan como un gran líder aún a sabiendas que nunca lo ha sido y nunca lo será.
No deberíamos escribir cosas así porque luego los del PP nos retiran la palabra porque les criticamos, nos acusan de ser del PSOE y de no ver las bondades de su líder, he incluso nos vetan en determinados sitios. Ante estas acusaciones les prometemos, llegado el caso, ensalzar todo aquello que haga bien el Gobierno de Rajoy y seguir criticando como hasta ahora todo aquello que hagan mal como hemos hecho con Zapatero.
Galiana