El profesorado está de huelga, los alumnos no terminan de incorporarse a las aulas y esto es un verdadero caos. Vayamos por partes porque en cualquier conflicto que se precie uno debe conocer los razonamientos que aducen los implicados para intentar por lo menos comprender la base del conflicto aunque con ello no hagamos muchos amigos en el día de hoy.
La crisis nos afecta a todos y los funcionarios, no debemos olvidar que los profesores lo son, no iban a salirse de rositas con la que está cayendo.
La base que aduce la Administración se reduce a tres palabras: “NO HAY DINERO”. Los profesores cobran por 35 horas de trabajo a la semana de las cuales, según la CA donde ejerzan, lectivas son entre 18 y 20; la Administración les impone ampliar su horario lectivo en 2 horas más a la semana, su sueldo va a seguir siendo el mismo, lo que sufre una alteración es el modo y forma en que distribuyen el trabajo. La Administración reconoce que se necesitan contratar profesores interinos, pero sin dinero no se pueden pagar los salarios y la seguridad social de nuevos trabajadores de ahí que les pida el aumento en las horas lectivas. Contratar todo ese personal interino supondría recortes en la calefacción de los Centros Escolares, menos becas para los alumnos, bajada de las ayudas a comedores, olvidarnos de la gratuidad en los libros de textos en las CCAA que así lo tienen implantado; todo ello conllevaría, igualmente, devaluar la calidad de la enseñanza de nuestros hijos.
Frente a la parte alegada por la Administración los razonamientos que aducen los docentes están referidas a la necesidad de profesores de refuerzo porque existen alumnos con necesidades especiales, las complicaciones de las sustituciones en los centros educativos, las guardias para cuidar los recreos, la imposibilidad de hacer actividades extraescolares, docentes que no imparten su asignatura sino otra afín; incrementar las horas lectivas supone quitarlas de tutorías, de preparación de las clases, buscan calidad en la enseñanza y así no hay manera.
Tanto una parte como otra se olvidan en esencia de lo fundamental; esgrimen al alumnado sin ningún tipo de pudor como arma arrojadiza, que si las ratio, que si la falta de atención, que… Lo cierto y verdad es que la gran perjudicada en todo este conflicto es la educación pública en España.
Los profesores deberían entender que no hay dinero para la enseñanza, ni para la sanidad, ni para las pensiones, ni para los parados, ni para nadie. La Administración debería reconocer el sacrificio que les está pidiendo ensalzando su labor como docentes y no haciéndoles pasar por unos vagos que lo único que buscan es trabajar menos y cobrar más.
Por el bien de la educación esperemos que este conflicto se resuelva más pronto que tarde; que no se enquiste de tal modo que al finalizar el curso nos demos cuenta que los alumnos han perdido un curso escolar entero porque ninguna de las dos partes ha pensado realmente en los estudiantes.
Galiana