Diálogo de besugos

El debate del Estado de la Nación está dejando patente que la política no es más que un «diálogo de besugos» donde la comunicación entre los interlocutores asistentes al mismo ni está ni se la espera.

Para Zapatero ha sido su último debate, su última oportunidad de demostrar que esta legislatura no es tan desastrosa como parece, que aún se pueden salvar los muebles.

El Presidente nos ofreció una política económica basada en conceptos como esfuerzo y crisis, pero sin mencionar el paro. Hizo un guiño a los más necesitados hablando de medidas para los que no pueden pagar la hipoteca, pero sin explicar en que van a consistir estas medidas o como le va a apretar “las tuercas” a las entidades financieras para que se relajen con la línea crediticia. A las CCAA pretende imponerles un techo de gasto, ya veremos donde y como pone dicho tope. Una mano tendida a los Ayuntamientos sobre aliviar su morosidad en un vano intento de parar el levantamiento de alfombras al que quiere someterles el PP una vez asentado en los mismos.

Tras la exposición del Presidente del Gobierno le toco el turno a Rajoy. El líder del PP debió aprovechar la ocasión para cruzar el puente y no seguir parado en la mitad del mismo mirando como bajan las aguas sin ofrecer una idea de sus intenciones respecto de hacía donde se encamina su proyecto. Su discurso estuvo más en el estilo de la sesión de control de los miércoles donde todo es siempre más de lo mismo; más demostrar que España es un desastre, que tenemos cinco millones de parados, que Zapatero debe convocar las elecciones en otoño porque la legislatura está más que terminada y así no podemos seguir.

Zapatero planteó un debate económico a modo de testamento político e incluso invitó al líder del PP a crecerse en la réplica; Rajoy no recogió el guante, fue a lo suyo a buscar un debate electoralista a modo de mitin de campaña.

Un «diálogo de besugos», una oportunidad desaprovechada, una “pelea” donde ninguno de los dos contrincantes se alzó con la victoria. Cierto que no hubo ganadores y por contra hubo un claro perdedor, de nuevo la incapacidad que tiene los dos grandes partidos de llegar a entendimientos para en conjunto buscar soluciones a los problemas de España fue la que se alzó con el triunfo.

Galiana

Acerca de Galiana

Escritora, creativa
Esta entrada fue publicada en Galiana, La columna de los lunes, Periodismo y etiquetada , , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s