Saber que podremos pisar algo más el acelerador mientras crucificamos a Bibiana Aído debe ser un placer inconmensurable, es lo que hemos estado haciendo el fin de semana influenciados por la ola de calor que nos reblandece el cerebro más de lo debido.

Vayamos por partes sin mezclar los asuntos porque nada tiene que ver la velocidad con el tocino.

El Gobierno aprobó, hace meses, la reducción de 120km/h a 110 con la oposición de todos porque nadie entendía muy bien las razones que alegaba para tomar una medida así. Es cierto que se hizo para distraer la atención de la opinión pública de otras circunstancias coyunturales del momento, que nunca dejó de ser una patochada porque con diez kilómetros más o menos no se han ahorrado ni tantos muertos ni tanto carburante como defendía el Ejecutivo. Con todo ello no podemos perder la perspectiva, siempre se dijo que sería una medida temporal, así que cuando Zapatero ha decidido que se ha terminado el experimento volvemos a la velocidad de siempre. Punto y final del tema, si le buscamos los tres pies al gato nos puede durar hasta el debate del Estado de la Nación pero el recorrido de una aceleración de 10 Km/h no da para más.

Como el tema de la velocidad no es más que una chorrada que no va a ninguna parte el personal tiene que buscar algo donde al hincar el diente para poder hacer sangre, porque es lo que nos da vida; de este modo alzamos la cabeza y buscamos una nueva víctima más jugosa encontrándola en la persona de Bibiana Aído.

Vaya por delante que Aído nunca ha sido santo de mi devoción por ese sectarismo suyo tan feminista, porque considero que el sectarismo supone un retroceso para la sociedad y el feminismo flaco favor nos hace en pleno siglo XXI a las mujeres. Tampoco me gusta su “Ley de igualdad” porque eso de “yo valgo porque soy mujer” por encima del resto de cualidades me provoca vómito intelectual. Sobre su controvertida “Ley del aborto” discrepo de la misma en muchos puntos porque deja demasiados cabos sueltos al crear problemas donde no los había y no aporta soluciones que no tuviéramos.

Dicho esto reconozco que la ex/ministra es joven, guapa con formación académica pero dudo mucho que Michelle Bachelete se haya dejado influir por estas características a la hora de elegirla para trabajar con ella en temas de igualdad en la ONU. Le deseo mucha suerte a Bibiana Aído en su nuevo cometido donde podrá demostrar su valía para el mismo por encima de su condición de mujer.

Entre la velocidad, la ex/ministra y el calor tan sofocante estamos perdiendo la perspectiva hasta el punto de olvidarnos de encontrar un hueco para enfrentarnos a los graves problemas que nos acucian prefiriendo perder nuestro tiempo en hacer linchamientos tan absurdos como torticeros.

Galiana