Entre otoño y primavera

España a nivel municipal y autonómico está en manos del PP, así lo han decidido las urnas, el problema es como ante esta situación el Gobierno de Zapatero termina la legislatura sin contar con apoyos para hacerlo.

A pesar que Marcelino Iglesias, Secretario General de la organización del PSOE, trate de convencernos a todos que el Gobierno no las convocará antes de primavera, suenan con más fuerza de lo habitual rumores sobre adelanto electoral para otoño como la solución menos mala para todos; en ese todos se incluyen el PSOE y España por el orden que quien suscribe lo ha escrito. El enigma sobre si Zapatero convocará o no las elecciones para otoño no es tan fácil de resolver como parece.

De la cabezonería del Presidente del Gobierno somos más que conscientes pues la sufrimos en nuestras carnes y no es mi intención hacer sangre en la herida. Tras la estrepitosa derrota, con un PSOE que presenta a Rubalcaba como candidato “apagafuegos” el Gobierno se enfrenta al dilema de adelantar los comicios electorales.

Alfredo, como prefiere que le llamen, sabe que prologar la agonía de la legislatura carece de sentido por mucho que Zapatero le dé un barniz de lógica. Obviando que debemos cumplir con las reformas prometidas a la UE para evitar la intervención, un adelanto electoral tan cercano al desastre del pasado 22M no es el mejor aval para convocar a las urnas al personal, a pesar que la crisis nos desgasta más de lo que debiera y podría ser una importante razón de peso para hacerlo.

Con un PSOE al que los votos han culpabilizado de todo y un PP que sin hacer grandes méritos logrará un triunfo aplastante, adelantar, con el permiso de la obcecación del Presidente, las elecciones a otoño podría ser el menor de los males.

Para ello hay que tener en cuenta de un lado que Alfredo debe convencer de ello a Zapatero, cosa que no es fácil pues el Presidente ha dicho por activa y por pasiva que agotará la legislatura y de sobra conocemos lo reacio que es a romper compromisos, por otro una convocatoria electoral en otoño o en primavera no evitará que Rajoy, salvo que cometa una de esos errores a los que tan dado es a última hora, sea el nuevo inquilino de la Moncloa.

Nos esperan tiempos interesantes donde los socialistas para evitar una derrota aún más desastrosa que el pasado 22M deben buscar el consenso con los Nacionalistas y otra fuerzas políticas minoritarias (abstenerse de contactar integrantes de Bildu por muy legales que sean gracias a la sentencia del TC y gestionen Ayuntamientos y Diputaciones en el País Vasco y Navarra), y un PP sentado con comodidad en la puerta de su casa esperando ver pasar el cadáver de su enemigo sin haber hecho nada para alzarse con la victoria en la batalla.

Galiana

 

 

Acerca de Galiana

Escritora, creativa
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