En el PSOE la tormenta ha estallado, lo que no sabemos todavía es si puede quedar en la madre de todas las ciclogénesis explosivas o en un huracán con efectos devastadores medianamente controlables.

Zapatero no se entera o no quiere enterarse que la impresionante derrota sufrida por el PSOE obliga, a poco responsable que seas de tu partido y de la confianza que depositaron en ti lo militantes e incluso los votantes, a por lo menos detenerte a reflexionar sobre los motivos que te han hecho perder más de millón y medio de votos y el hecho que el PP tenga en sus manos el gobierno de la mayoría de las CCAA y de los principales municipios.

Es cierto que el Presidente del Gobierno ha demostrado durante estos 7 años en el cargo que cuando la cerrazón se adueña de su mente poco o nada se puede hacer, sus decisiones son inamovibles llegando incluso a hacerle ocupar responsabilidades para las cuales el mismo ha designado a un Ministro con capacidad suficiente, al menos se le supone a priori, para resolver el problema en cuestión.

En un intento por comprender la obsesión de Zapatero con las primarias y su negativa sistemática a convocar un Congreso extraordinario que sacuda los cimientos del partido, dos pensamientos muy diferentes se entrecruzan en mi mente.

Por un lado presidir el Consejo de Ministros debe llevar emparejado un alejamiento de los problemas reales como le sucedió en su momento a Aznar e incluso a González que hace creer a los Presidentes de Gobierno que su razón es la única válida para todo y como tal debe ser puesta en funcionamiento por encima de todo. Por otro lado pudiera ser que el empecinamiento de Zapatero pudiera deberse a una serie de condicionamientos externos, que nada tienen que con la política interior de este país, que obligasen al Presidente a hacer oídos sordos a cuantas soluciones se propongan salvo la de convocar las dichosas primarias que justificarían la no convocatoria de elecciones anticipadas.

Respecto del alejamiento del Presidente del Gobierno de la realidad es tan palpable que poca o ninguna discusión cabe plantear al respecto, así pues la cuestión quedaría reducida al planteamiento sobre la naturaleza de esos posibles condicionantes.

Elaborando una teoría totalmente conspiranoica tratando de justificar lo injustificable pudiera ser que Zapatero, al ser un hombre que se precia de cumplir su palabra, le hubiera prometido a Merkel y a Sarkozy la famosa noche del 9 de mayo del pasado año alguna que otra reforma que todavía no conocemos y que está dispuesto a hacernos sufrir en nuestras carnes por encima incluso de la salud del partido del que todavía y de momento sigue siendo Secretario General.

En los próximos días podremos saber si la ciclogénesis explosiva que sufre el PSOE nos lleva a todos por delante provocando un coste que dificulte aún más la recuperación del país.

Galiana.