Resaca electoral

Seguimos de resaca electoral no porque queramos airear más de la cuenta la victoria de Rajoy y los suyos, tampoco es intención de quien suscribe meter los dedos en la herida de los socialistas, pero es evidente que los resultados de la jornada dan para más de un comentario.

Empecemos con el ganador, más que nada porque si presume de éxito debe saber gestionarlo. ¿La victoria es por méritos propios o por demérito del PSOE? Sinceramente no creo que el permanecer estático, callado, a la espera de ver como el Gobierno se pegaba un batacazo tras otro a la hora de salir de la crisis que nos está destruyendo sea un mérito para salir triunfante, pero es lo que ha pasado. El PP ahora tiene el poder, la cuestión es saber si hará algo con él o seguirá en plan pusilánime como Rajoy dedicándose a mirar como todo se desmorona alrededor de los ciudadanos siendo su máxima aspiración decir que los Ayuntamientos y las CCAA se encuentran con las arcas mucho peor de lo esperado y que así es imposible hacer nada. Deberían analizar entre tanta euforia que, en relación con los pasados comicios, solamente han obtenidos 400.000 votos más.

Los perdedores, porque está vez no se puede decir los no ganadores, tienen un futuro bastante incierto por delante. La debacle socialista es tan abrumadora que es imposible saber por dónde empezar a solucionar el desaguisado. El PSOE algo tiene que hacer, eso es evidente, una pérdida de casi dos millones de votantes es un castigo demasiado severo como para no comprender los motivos del mismo.

Convocar primarias podría desatar una lucha encarnizada por el poder, si es que alguien da un paso al frente ahora que todo está perdido, llegándose incluso a poner en evidencia la estructura del partido y quien sabe si incluso sus postulados; difícil momento para que esta sea la solución idónea ante una derrota tan descomunal como la sufrida. El Comité Federal no quiere oír ni hablar de organizar un Congreso extraordinario de refundación del partido para en plan Ave Phoenix resurgir de las cenizas, aunque voces de los Barones semidestronados o destronados por completo así lo apuntan. Tanto una decisión como otra tienen un elemento marcando la hoja de ruta, el tiempo.

Las elecciones están convocadas, en teoría, para marzo del 2012, a nadie se le escapa que Zapatero no podrá mantener la fecha de convocatoria con unos Presupuestos Generales por aprobar en septiembre y sin apoyos con los que contar. Adelantar las elecciones a otoño sin haber hecho los cambios oportunos sería entregar el poder al PP sin ofrecer la más mínima resistencia. Haga lo que haga el PSOE el futuro no pinta nada halagüeño.

Esta vez las urnas han mostrado un claro ganador y un gran derrotado; ¿los ciudadanos sacaremos algo positivo de todo esto o nos quedaremos como estamos? Cualquier cosa que nos haga mejorar la situación en la que nos encontramos será válida, para quedarnos como estamos el viaje no merece la pena.

Galiana

Acerca de Galiana

Escritora, creativa
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