Las distintas realidades no llevan a diferentes normalidades o a anómalas realidades según veamos el vaso medio lleno o medio vacío.
Una semana después del terremoto en Lorca sigue intentando recuperar su rutina habitual, volver a su normalidad en una realidad diferente a la que tenían antes de que la tierra temblara. Algunos niños ha vuelto a las aulas, lo importante que es para un niño su cole, otros todavía deben esperar unos días más; algunos vecinos han regresados a sus casas, otros aguardan poder hacerlo en breve a la par que los acampados van asumiendo una situación que jamás imaginaron tener que vivir.
Mientras los lorquinos recuperan la normalidad enfrentándose a una realidad que nadie quisiéramos para nosotros, el resto del personal tenemos el “corazón partió”.
Los hay que dudan entre ir a votar o no el próximo domingo. Los del PP saben que tienen que hacer lo de siempre votar, votar y votar a “los suyos” por encima de corrupciones y otros asuntos similares aunque para ello tengan que taparse la nariz. Los del PSOE se debaten entre la abstención como forma de castigo por la mala gestión de crisis por parte del Gobierno o emitir el voto encomendándose a los dioses para que un milagro, o lo que sea, nos saque de todo esto. Los votantes de los partidos minoritarios seguirán fieles a sus ideas votando a alguien de su misma cuerda o similar ideología.
#acampadasol han incorporado a su normalidad el estar en Sol gritando consignas acertadas o no, todo desde la calma y la tranquilidad. A pesar de que la Junta Electoral Provincial considere ilegal la congregación, a pesar que la Policía rodee la Plaza de Sol y tengan autorización para desalojar si el personal “se menea” lo más mínimo, continúan haciendo ruido, más del que muchos quisieran; es un ruido ensordecedor pero pacífico que como la lluvia fina va cayendo sin notar que te moja hasta que estás totalmente empapado.
Junto a los lorquinos que tratan de recuperar la normalidad encarando una complicada realidad, los que solo tienen cabeza para los comicios municipales y autonómicos, los que protestan contra el sistema político/financiero, están los que se llevan las manos a la cabeza con el asunto del Director del FMI. También aquí la dualidad manda; los hay que condenan sin paliativos, a Dominique Strauss-Kahn, exigiendo no solo su cabeza como máximo representante del FMI sino un escarmiento cuanto más ejemplar mejor; y los hay que le excusan alegando lo de siempre, que las mujeres tienen la culpa de todo pues la camarera de la habitación era la tentación personificada y el pobrecito ni supo ni pudo sucumbir a la tentación. Ya lo dijo Joselito “El Gallo” “hay gente pa´ to”
Lo dicho, esta realidad anómala o esta normal irrealidad nos tiene a todos el “corazón partió”; habrá que ir despejando las incógnitas para tratar de solucionar las ecuaciones priorizando en base a la necesidad.
Galiana