La campaña electoral encara su recta final, los líderes de las diferentes formaciones políticas se afanan en demostrar que están a disposición del ciudadano, pero realmente el ciudadano como tal ha pasado a un segundo plano, lo que realmente importa es el votante.
Los últimos sondeos antes de los comicios colocan al PSOE por debajo del borde del desastre, rozando el abismo de la catástrofe; evidenciando que los votantes de izquierdas castigarán con la abstención a “los suyos” culpabilizándoles de la falta de acierto del Gobierno de Zapatero en la gestión de la crisis. En líneas generales el PSOE es el gran derrotado pero aún así se aferra a las singularidades de los territorios y confía en el voto de los indecisos, sobre un 20%, mientras tratan de convencer a los abstencionistas.
Murcia continuará en manos de Valcárcel con su mayoría absoluta por quinta vez consecutiva; Fernández Vara seguirá al frente de los extremeños siempre y cuando IU le conceda permiso para ello lo, mismo sucede en Aragón; en Asturias y Baleares el PP se alza con la victoria; Canarias con Coalición Canaria por encima de populares y socialistas; Revilla, con la siempre inestimable colaboración del PSOE, renovará al frente de Cantabria; UPN y los socialista siguen privando del gobernar al PP en Navarra; casos aparte son Castilla-La Mancha, Madrid y Valencia.
PP y PSOE han convertido Castilla-La Mancha en el territorio clave, tanto de Cospedal como Barreda se juegan mucho más que dirigir dicha Comunidad.
La caída del actual Presidente castellano-manchego supone perder su estatus como Barón dentro de su partido dejando en evidencia la peculiar estrategia de campaña evitando la figura de cualquier miembro del Gobierno de Zapatero. De Cospedal, a pesar que ella se quite el “de” de su apellido para alejarse de ciertas connotaciones con la nobleza, en caso de derrota sería cuestionada al frente de la Secretaría de los populares e incluso perdería su calidad de mano derecha de Rajoy.
La derrota de Dolores de Cospedal lograría que tanto Esperanza Aguirre como Ruiz Gallardón se froten las manos, con una indisimulada sonrisa maquiavélica, pues su más que previsible aplastante mayoría en la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid demostraría que Rajoy se equivoca al elegir a sus más directos colaboradores.
El líder del PP no solo va a soportar que los populares madrileños le restrieguen su triunfo como algo que han obtenido sin seguir las directrices del partido, en Valencia la cosa puede ser mucho peor. Camps, a pesar de todas las imputaciones que pesan sobre él en relación a la trama Gúrtel, con su abrumadora mayoría va a lograr que Rajoy se trague las dudas que albergaba sobre la candidatura del actual President de la Generalitat.
La campaña electoral lo absorbe todo, aunque no podemos olvidar que en Lorca sufren las consecuencias de los desmanes de la naturaleza y sus habitantes tienes otras prioridades antes que el ir a votar el próximo domingo.
Galiana