Los negocios familiares de los Chaves

En los pueblos siempre se ha llevado eso del “¿Y tú de quien eres?”, según fuera tu contestación así los lugareños te dispensaban un trato u otro, así que eso de las influencias viene de tiempos inmemoriales. A todos cuando hemos dicho que nuestro padre es fulanito o menganito nos han mirado de otro modo, nos han otorgado cierto trato de favor que jamás hemos pedido y con toda probabilidad no merecíamos.

El Vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, cansado de tanta habladuría, viendo como la honorabilidad de su familia se pone en entre dicho, se ha visto en la obligación de salir a defender el buen nombre de “los suyos”; allá que se ha ido a un medio de comunicación para reconocer que algo no se está haciendo bien en Andalucía pero que de ahí a culpabilizar a su familia de todos los tejemanejes que allí se cuecen va un abismo.

Un político no importa si tiene o no dinero, si posee o no un extenso patrimonio, lo que importa es el cargo de relevancia que ocupa y al poder que con ello tiene acceso. El poder, el poder, eso es lo que tienen los políticos, y el resto de los mortales exentos del mismo seguimos el refranero español de “A quien buen árbol se arrima…”

Los miembros del Gobierno tienen prohibido por ley hacer negocios, como el resto de miembros del Congreso, pero sus familias tienen que seguir viviendo de algo, con ello no digo que puedan hacer y deshacer a su antojo. Es inevitable que cuando alguien sabe el oficio de tu padre te ofrezca más negocios de los habituales, algunas veces hasta negocios con ciertas dosis de ilicitud que si no andas listo te involucras en cosas que no deberías.

Olvidando por un momento la política, todos acudimos con nuestros hijos a eventos sociales y los presentamos con orgullo ante nuestros conocidos; luego puede que hagan o no negocios pero nadie ve nada malo en ello. Ya sé que entre un hijo y otro está el matiz de la política, pero… ¿donde dejamos la justicia?

Si uno cree que el hijo de fulano tiene negocios fraudulentos pone una denuncia y el tribunal competente se encargará de dilucidar si se cometió o no una ilegalidad. Ese es el camino que seguiríamos con el hijo de la vecina del tercero ¿por qué no hacemos lo mismo con el hijo de Chaves? quien tenga la certeza que ha obrado indebidamente, que se ha lucrado utilizando para ello el nombre de su padre que lo denuncie en un juzgado no en una tribuna de oradores del Congreso, ni en el Parlamento andaluz, ni tras el atril de un mitin de campaña electoral, ni mucho menos ante los micrófonos de un medio de comunicación.

En el PP, sobre todo en Andalucía, se están “cebando” con el tema de los hijos de Chaves, pero no recuerdan que Alejandro Agag el “yernísimo” de Aznar, por si alguien lo ha olvidado Presidente del Gobierno de España durante ocho años, ha hecho negocios por ser el marido de… y nadie ha dicho nada. Por cierto, parte de la caterva de imputados en la trama Gürtel, algunos de ellos en prisión, acudieron a su boda en calidad de amigos íntimos e incluso firmaron como testigos del novio. Ya se sabe, somos más de ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio.

Galiana

 

Acerca de Galiana

Escritora, creativa
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