Los del PP han sacado a sus estrategas para preparar la campaña electoral. La consiga consiste en ganar en los principales municipios a como dé lugar y derrocar al PSOE en bastiones tan importante como Castilla-La Mancha o Extremadura. No quieren excusas, solo victorias y están dispuestos a hacer lo que sea y como sea para lograrlo; saben que las generales del 2012 dependen de los resultados obtenidos en estos comicios.
Se han dado cuenta que las tornas se les pueden volver en contra, que eso de estar quietos y dejar que el enemigo caiga por su propio pie no es suficiente para hacer que la masa electoral del PSOE se replante el voto, que en definitiva es de lo que se trata.
Confían en que la crisis haga desistir al personal, pero el personal no culpa al PSOE de ella, es más se ha acostumbrado a los recortes sociales, a vivir con el agua al cuello, se han dado cuenta que “Papá Estado” no es la solución a sus problemas, así que cada cual intenta salir adelante como puede, sabe o le dejan.
Rajoy y los suyos ha apostado porque las elevadísimas cifras del paro hagan desistir a los votantes del PSOE, pero el personal anda más preocupado en buscar un trabajo, con contrato de por medio o sin él, que en culpar al PSOE de todos sus males.
El recurso de hacer leña del árbol caído, todos contra Zapatero, parecía estar funcionado pero, tras el anuncio del Presidente del Gobierno de no presentarse a un tercer mandato y que su partido convocaría primarias para después de las elecciones les ha sumergido en la espiral de no controlar la situación, todo queda en manos de una posible guerra fratricida dentro del PSOE, y eso sería confiarlo todo a la buena suerte.
Una semana después del anuncio de Zapatero las encuestas demuestran que el electorado ha personificado todos sus males y desgracias en el Presidente del Gobierno y con su caída se dan por satisfechos; les da lo mismo que se presente a las generales del 2012 Rubalcaba, Bono o Chacón, que lo hagan juntos o por separado, el caso es que vuelven a confiar en “los suyos” hasta el punto de recortar al PP parte de la distancia (mayor o menor según quien haga el sondeo) que le sacaban.
El tema Valencia es otro cantar y ahí la estrategia es distinta, consiste en que nadie caiga en la cuenta que en las listas de la Comunitat van varios imputados por la trama Gürtel, empezando por el President. En el hipotético caso que el personal sea consciente de ello con alegar que en este país todo el mundo es inocente mientras no se demuestre su culpabilidad tienen la táctica, aparentemente, dominada.
En las filas de Rajoy empiezan a entrar en pánico, se replantean la estrategia, usar el paro como arma arrojadiza no funciona, la crisis económica no es la clave, la ausencia de Zapatero no abate al enemigo, la supuesta guerra por las primarias no desgasta al PSOE como ellos habían calculado, Camps es una piedra en el zapato que resta más que suma ¿qué hacer? Sencillo, recurramos al miedo. ¿Qué es a lo que los españoles le temen más?
De nuevo el terrorismo sale a la palestra; la cúpula del PP sin su líder a la cabeza, ya sabemos que Rajoy no es de meterse en muchos “fregados”, apoya la manifestación contra el terrorismo con tal fervor que termina convirtiendo los gritos contra “los de siempre” en proclamas en contra del Presidente del Gobierno. Tal vez obtengan los votos de la AVT (asociación cada vez más a la política y menos a “lo suyo”) pero desde luego no van a conseguir atemorizar al personal. Por cierto, al terrorismo hace tiempo que el personal le perdimos el miedo.
Galiana