En el PSOE no ganan para disgustos y los “fontaneros” se están viendo obligados a realizar demasiadas horas extras; no está la situación económica para tanto pago y menos a como cobra la hora un “fontanero”, pero es lo que toca en los tiempos que corren.
Trabajo de “fontanería” ha sido soportar los meses especulando con la controvertida decisión de Zapatero respecto de su candidatura para el 2012, una vez proclamado su deseo de no presentarse a la misma y sin solución de continuidad se abre el tema de su sucesión.
Respecto de las primarias, el equipo de “fontanería” se pone manos a la obra para controlar los dimes y diretes, hacer que los candidatos ni confirmen ni desmientan. Ellos son los artífices de que Rubalcaba dé la callada por respuesta y aparentemente se le escape que del tema primarias hasta el 24, 25 o 26 mayo no toca hablar. Chacón ni dice ni calla pero nos convoca al 28 de mayo a plantearle de nuevo la pregunta sobre sus intenciones porque así se lo han pedido los “técnicos”. Bono, que de “fontaneros” entiendo lo suyo, acude al consabido refrán “hasta el 40 de mayo”.
El resto del personal ya han recibido la consigna de prietas las filas, de no hacer de estos tiempos guerras fratricidas. ¡¡¡¡¡Uyyyyyyyyyy!!!!!, perdón que en Andalucía no están por la laboral de seguir la disciplina del partido, y apuestan por el morir matando sin ningún disimulo.
La pésima relación existente entre Manuel Chaves y José Antonio Griñán siempre ha sido la comidilla de todos los patios de vecinas, un divorcio que no se solucionó con bien en su momento, y eso que para calmar las aguas se puso tierra de por medio al llevarse Zapatero, al entonces Presidente de los andaluces, a su vera con el cargo de Vicepresidente Tercero del Gobierno añadiendo luego el cargo de Ministro de Política Territorial y Administraciones Públicas; a la otra parte de este mal avenido matrimonio se le concedió el presidir la Junta de Andalucía con plenos poderes y así mantenerle callado y entretenido.
Cada uno en su puesto, con kilómetros de distancia entre ellos; se esperaba lo de siempre en estos casos, que la distancia y el tiempo hicieran el resto. Un buen amigo siempre dice que tu peor enemigo es quien duerme contigo porque es quien conoce todos tus secretos más íntimos. Y en el caso Griñán/Chaves lo suscribo a ciento por ciento.
Chaves/Griñán, Griñán/Chaves nunca fue un binomio de entendimiento más bien una entente cordial en base a intereses mutuos. Mientras el líder de los andaluces ha tenido el poder de controlar los designios de los mismos, el Ministro se convertía en algo “que recordar no quiero”, el problema ha venido cuando los famosos ERE´s amenazan la supremacía del PSOE en su cortijo andaluz por más de tres décadas.
El Presidente se intuye perdedor y antes que admitir la derrota utiliza la estrategia de levantar las alfombras y que el antecesor se coma el “marrón”, como se suele decir. El Ministro sin perder el rictus ni la compostura propia del cargo hasta que le tocan la familia, primero su hija ahora su hijo; por supuesto no está dispuesto a ver como los suyos sirven de mofa y escarnio al personal ávido de divertimento en estos tiempos de mucha crisis y de abundante mala baba.
Así pues ambos acuden a contratar a los más afamados especialistas en “desatasques de cañerías” para organizar una guerra de guerrillas o lo que es lo mismos arrastrar por el fango el supuestamente buen nombre de cualquiera de los dos y embarrar, tanto a uno como a otro, de mierda hasta que se asfixien en la misma. Por supuesto que nada de lo sucedido, o lo menor posible, afecte al partido.
La metodología de estos “expertos en conductos” es sencilla. Se basa en dos grandes operaciones. La primera, operación elementos externos, consiste en contar, por un lado, con la siempre inestimable ayuda de “los chicos de la prensa”; y por el otro acudir a los adversarios políticos que disponiendo de sus propio “servicio de desatasque” son los mejores aliados cuando la consigna es enfangar. La segunda opción, operación interna, supone que tanto Griñán como Chaves actúen como si no pasara nada y públicamente afirmen que de llevarse mal nada de nada; que son muy, pero que muy buenos amigos. Si la cosa se pone fea seguirán la teoría de Sara Montiel y su famoso “¿Pero qué pasa? ¿Pero qué invento es esto?”
El equipo de “especialistas en fontanería” ha desembarcado en tierras andaluzas con patente de corso y la misión de salvar al partido. ¡Que los dioses amparen y se apiaden de los andaluces!
Galiana