Mendigar, limosnear y similares

Zapatero se ha ido a mendigar a los países del Golfo Pérsico, es decir, a pedir limosna de país en país.

Debemos buscar nuevos mercados, nuevos inversionistas. Como dirían los más viejos del lugar: “alguien que no nos conozca lo suficiente y podamos engañar”

La UE harta está de saber cómo somos por dentro y por fuera, por mucho que intentemos aparentar ya no se la damos. Si anduviera sobrada puede que, con regañina incluida, nos hiciera el favor. Lo malo es que está como nosotros, sin nada. Seríamos tontos si tocáramos donde se sabe que no hay.

Mirar en la dirección de EEUU en tiempos de “vacas flacas” no tiene ni pies ni cabeza. Los americanos son muy suyos, primero yo, luego yo, y si sobra algo quizá quieran sentarse con nosotros para ver que pueden sacar.

Hace unos meses sondeamos el mercado asiático con China como primer objetivo, para eso son una economía en alza. De allí algo nos trajimos, pero el agujero es de tal envergadura que por mucho que nos dieron fue insuficiente.

Los españoles después de más de dos años de crisis no nos hemos concienciado que no hay, que debería haber, pero no hay. Estamos en la fase de preguntarnos las razones de cómo hemos pasado del haber al no hay. Buscamos, incansables, culpabilizar a la mala gestión del Gobierno, a los despilfarros de las CCAA, o a cosas parecidas. Lamentablemente no nos hemos dado cuenta, a estas alturas de la película, que no importa cómo hemos llegado al desastre, lo importante es salir de él.

Cierto que ver al Presidente del Gobierno, o al mismísimo Rey (perdón si lo escribo con mayúscula es la costumbre a pesar de que la RAE me condene por ello) ir a Kuwait o a los Emiratos Árabes a postular nos hierve la sangre, porque llevamos mal lo de solicitar favores con importunidad. Hay que buscar inversiones sea como sea. Los poderosos, los que tienen, abrazan la fe de Mahoma; en los tiempos que corren, por increíble que sea, cualquier fe es bien recibida. Por mucho que nos parezca que al hacer tratos con ellos seguimos siendo la cabeza de África, no debemos olvidar que nunca hemos dejado de ser el culo de la UE, aún cuando nos hicieron creer otra cosa.

Para terminar me gustaría recordar, tanto a Zapatero como al Rey, que para limosnear nos dejamos el orgullo en casa pero la dignidad es innegociable.

Galiana

Acerca de Galiana

Escritora, creativa
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