La semana está resultando de lo más animada, informativamente hablando, y eso que parecía que iba a ser más de lo mismo.
Lo que se dice más de lo mismo no fue la mediatización informativa que hizo la Presidenta de la Comunidad de Madrid del cáncer que padece, con fotografía incluida de la salida del quirófano. Justifica su actuación porque así anima a las mujeres a hacerse sus revisiones periódicas y de paso le quita a esta enfermedad algo de dramatismo. Esperanza Aguirre, a quien deseo una pronta recuperación, me ha demostrado que en política vale todo.
Tanto que vale todo!!!. Gadafi viendo peligrar su mandato en Libia por las revueltas, no se le ocurre nada mejor que bombardear la población civil para acto seguido ofrecer un discurso donde demuestra lo energúmeno que puede llegar a ser un líder político. El problema del dirigente libio es que lleva 40 años en el poder sostenido por las grandes potencias a cambio de petróleo, gas y otras cosas que necesitan “los poderosos” para su día a día.
Día a día andan los Ministros del Gobierno postulándose para suceder a Zapatero en el cargo. La Ministra Chacón no iba a ser menos que Rubalcaba o Blanco, para ello hace gala de su condición de mujer y de su catalanismo. Sí esas son las virtudes con las cuales piensa avalar su programa político lo llevamos claro; la condición sexual o el lugar de procedencia hasta donde yo sé puede que den votos pero aptitudes no creo.
Aptitudes al Presidente del Congreso no le faltan para organizar fastos y celebraciones, lo que le gusta a este hombre ser el centro de atención de cualquier cosa. Esta es la única explicación plausible para conmemorar por todo lo alto el aniversario del 23-F. Cierto que en su momento fue el triunfo de la democracia sobre una posible dictadura militar, pero las nuevas generaciones lo ven como algo anecdótico al borde de lo absurdo por impensable en la sociedad actual.
Afortunadamente la sociedad actual ha evolucionado mucho, desde hace tiempo a las personas que sufren una discapacidad nadie las denigra o insulta peyorativamente. Debe ser que Celia Villalobos está más por aplicar calificativos al personal y lo mismo llama “fascista” al Presidente del Congreso que “tontitos” a los discapacitados. Alega, en su defensa, que en Málaga usar dichas denominaciones es de lo más normal. Lamento decirle que descalificar a las personas no es normal, ni en Málaga ni en ningún otro lugar.
Viendo la semana informativa me viene a la mente aquella serie infantil de los Chiripitifláuticos donde todos, incluidos los Hermanos Malasombra, nos trataban como niños inocentes. Lo penoso es que nadie se da cuenta que dejamos de ser niños hace tiempo, y de inocentes nos queda lo justito.
Galiana