Cuánto daño ha hecho la frase “lo importante es participar”, esa que de niños nos decían nuestro padres para consolarnos cuando no obteníamos un triunfo.

Al líder del PSM debieron grabárselo a sangre y fuego junto con aquello de “la venganza se sirve en plato frío”, porque es la única explicación posible a su cierre de listas para los comicios autonómicos y municipales.

Tomás Gómez ha pasado el fin de semana espulgando en su partido. Lo ha hecho con el beneplácito del Ministro Blanco para de este modo implicar a la Secretaría General del PSOE en la derrota que sin paliativos obtendrá el 22 de mayo. De un plumazo ha borrado a todos aquellos que apoyaron en las primarias a Trinidad Jiménez; la verdad es que ha dejado de muestra un botón, Modesto Nolla Estrada, situándolo lo suficientemente lejos como para que no sea más que un nombre en una lista.

Mientras tanto Jaime Lissavetzky calla. Calla porque lleva años en el oficio de la política y sabe que tiene que cerrar la boca para no seguir desangrando aún más a los suyos; no en vano es un hombre “del partido”, fiel a las órdenes “del partido” y que entiende que el partido está por encima de los personalismos.

A nadie se le escapa que el PSOE quiere suicidarse en Madrid, pero ya podrían hacerlo con un poco más de disimulo. ¿Dónde queda la frase de “vamos a ganar” que cualquier líder que se precie debe pronunciar para arengar a los suyos?

El PP en Madrid se sabe ganador y por mayoría absoluta, poco importa si es por demérito más que por méritos propios, lo importante es que lo hará por incomparecencia del rival pues en el PSM se conforman con participar porque para ellos son más importantes “las vendettas” internas.

Galiana